sábado, 14 de agosto de 2010

teoria del feng shui



Según los antiguos chinos, la posición y la orientación en el espacio son de la máxima importancia. La ubicación de nuestra residencia, lugar de trabajo y los objetos y posesiones con que nos rodeamos, pueden afectar nuestra actitud e incluso nuestra psique. El folklore y la mitología chinos nos enseñan que esas influencias conforman el comportamiento y la perspectiva de una persona hacia lo positivo o lo negativo, lo favorable y lo desfavorable, lo armonioso o lo perjudicial.
El arte popular chino de distribuir los objetos para fomentar la armonía y la buena suerte se llama Feng Shui. Este conocimiento antiguo nos capacita para buscar la paz y para un crecimiento nuevo a través de nuestra relación con los objetos que nos rodean, situándolos de modo que la gente (Hombre), el entorno (Tierra) y el espíritu (Cielo) formen una alianza armoniosa para el progreso.
El vocablo chino Feng significa viento, y Shui agua. La frase “viento y agua” simboliza “el viento ascendiendo a la cima de una montaña” y “el agua subiendo hasta su cumbre”, que unidos orientan las actitudes y los actos de una persona hacia el éxito.


Los aspectos principales de la cosmología del feng shui se conciben en los siguientes términos:

El Cielo es un concepto que abarca dioses, espíritus, estrellas (tanto en su sentido astrológico como mitológico); tiempo (incluyendo el ciclo de las estaciones y sus influencias); y todas las manifestaciones de los poderes y las fuerzas visibles e invisibles del cosmos Con el Cielo también están asociadas las diversas técnicas de adivinación, numerología y otras formas de pronosticación.

La Tierra y la Materia son términos usados para describir todos los objetos y condiciones terrenales, tanto visibles como invisibles. Los entornos geográficos; la orientación, posición y ubicación; los Cinco Elementos; los poderes y las fuerzas de la naturaleza; el orden natural del equilibrio y el contraste; las influencias invisibles e interrelacionadas de las montañas, los ríos, los árboles, las rocas, los animales, la gente, las casas, los objetos, y así sucesivamente...todos son parte de los reinos de la Tierra y la Materia. También están incluidos elementos de lo sobrenatural, como los fantasmas y espíritus que coexisten con el hombre en esta Tierra. Las dimensiones de lo invisible no tienen tiempo, espacio ni límites cuantitativos. Los antiguos chinos creían que todos compartimos el mundo juntos, ya sea favorable, dañino, pacífico o perturbador.


El Hombre significa la mente y el espíritu humanos que deben unirse con el Cielo, la Tierra y la Materia para que se realicen la armonía y el equilibrio. Eso se puede conseguir mediante el establecimiento correcto de una alianza positiva entre todas las fuerzas de la naturaleza, permitiéndoles fluir suavemente y alimentar la vida.


El taiji y el qi son términos únicos en la cosmología china, y a menudo se traducen como Esencia Suprema y Fuerza Vital. Los antiguos chinos creían que el misterioso taiji es el origen del mismo universo, que contiene las fuerzas opuestas del yin y el yang que a su vez son la fuente de la fuerza activa, invisible y dadora de vida llamada qi. Como el taiji es la fuente esencial de esa fuerza vital, es mediante el taiji como todas las cosas pueden unirse en una sola.


El qi carece de forma o dimensión, pero a través de él todas las cosas en el universo se manifiestan en los reinos tanto de lo real (visible) como de lo irreal (invisible). La decadencia física es la disipación del qi, y la muerte física es su ausencia. Es un gran concepto abstracto de la unidad y la armonía de todas las cosas.


Por lo tanto, los chinos siempre han pensado que las personas deben proteger y nutrir el qi para garantizar su continuo crecimiento y fluidez. El daoísmo nos enseña que alimentar el qi interiormente puede complementar la salud y la longevidad. De manera similar, la protección del qi dentro de una casa conducirá a la paz y la armonía. Este concepto especial del qi y de su existencia penetra en todas las ramas del arte y la filosofía chinos, desde la poesía y la pintura hasta la acupuntura, las prácticas médicas, la medicina herbal, los ejercicios físicos, las artes marciales y el feng shui.

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